Los tres hijos de mi hija mayor, María Victoria,nacida en Manizales, Colombia, naturalizada española, soncatalanes: Héctor Adriá, Gael y Amelia. Vive en Barcelona hace 27años. Mi sangre de origen castellana también renace y vive enCataluña. La última vez que estuve en Barcelona, hace tres años,converse con Ramón, el esposo de mi hija, hombre culto, informadode la historia y la política española y europea, en especial. Ytambién de literatura y otras “cosillas” como la culinaria ylos vinos, por ejemplo. Escuché con atención sus narraciones dela larga historia de dificultades, diferencias, vejaciones ycontradicciones que los catalanes han vivido y sufrido con losgobiernos españoles. La gracia y humor, la inteligencia y bondadde este catalán es irremediable, con él disfruto todo tipo deconversación sin agotarme. Lo abrazo desde la gratitud y elafecto.
El origen del idioma catalán no es latino, sino quenace de la lengua griego-tracia. Catalunya significa “Dentro dela tierra”. Es milenaria y antigua. Tiene su historia profundasraíces religiosas. Pero ubiquémonos en la era cristiana paraestablecer algunos mínimos rasgos del devenir de la historia deCatalunya.
Por el año 795 la situación para los cristianospeninsulares se complicaba. En 711 los musulmanes habían invadidola península. Por entonces Abderramán I creó el EmiratoIndependiente de Córdoba. Ante tal nueva realidad social ypolítica Carlomagno tomó la decisión de intervenir con el fin de“socorrer” y dominar los núcleos de población cristiana quese habían refugiado en los montes Pirineos, y así lograr tambiénproteger el imperio que estaba en su poder. En tales circunstanciasse crea la Marca Hispánica, en la cual Catalunya y Aragón seencuentran “integradas”. Por entonces, cuenta un documentooficial, “Catalunya era un marasmo complicado de condados,enfrentados los unos a los otros”. Por el tiempo que hadesaparecido el imperio Carolingio ya en el siglo IX VifredoVelloso terminó de unificar todos los condados y logróindependizarse de Francia. En medio de ese movimiento nació,políticamente, Catalunya. El catalán, por efectos del desarrollocultural y lingüístico, llegó a ser una lengua propia. En esosaños abrieron rutas comerciales por el mediterráneo estableciendola propia competencia con las “repúblicas” mercantilesitalianas. Luego vendrían a América. Rica herencia.
Entrado el siglo XII los musulmanes son derrotados delas Naves de Tolosa (1212). Los reinos cristianos crecen y se unen.Castilla y León formaban ya un solo reino. Encuentran el camino dela unión el reino de Aragón y el condado de Barcelona para“sobrevivir” ante la “poderosa amenaza” de Castilla. Debidoa la expansión posterior se reunieron cuatro unidades autónomas:Aragón, Catalunya, Valencia y Mallorca. Con una clara y decididaidea de unidad cada una conservaba sus propias cortes, leyes yfueros. Era algo así como una confederación.
Las autoridades catalanas en 1289 decidieron crear la Diputación del General (Diputación Permanente con el fin derecaudar impuestos y vigilar el cumplimiento de los acuerdos). Deesta experiencia político administrativa surge la Generalitat,“auténtico gobierno del territorio y centro de todas lasdecisiones”, se dice en un documento oficial.
Los llamados Reyes Católicos y los más tardesurgidos de los Habsburgo conservarán la “estructura” de“unión de los reinos”. Una y otra corte del reino nombraba sus“virreyes”.
La vida social, religiosa y política se va haciendomás y más compleja hasta llegar a desatarse, más allá de lasfronteras, una larga guerra conocida como la Guerra de los TreintaAños.
Esta guerra prolongada fue una guerra librada enEuropa Central que involucró principalmente el Sacro ImperioRomano Germánico entre los años 1618 y 1648, en la que, pordiversos intereses y circunstancias, las ya establecidas potenciaseuropeas se ven involucradas. Las varias consecuencias de talguerra prolongada marcó el futuro de aquel continente.
El conflicto político inicial surgió de lasposturas de los monarcas entre la Reforma y la Contrarreforma en elcontexto del sacro Imperio Romano Germánico. Pronto, paso a paso,fueron interviniendo las distintas potencias europeas hastaconvertir el conflicto, no solo por motivos religiosos, en unaguerra general en todo el continente, en la medida que se imponíael necesario equilibrio político, el logro de la hegemoníapolítica…
La llamada Guerra de los Treinta Años encontró sufin momentáneo al firmarse la Paz de Westfalia y la Paz de losPirineos para así culminar, por lo pronto, la rivalidad entreFrancia y los territorios de los Habsburgo, delimitado por elImperio español y el Sacro Imperio Romano Germánico. Años másadelante las ansias de la hegemonía en Europa desatará nuevasguerras entre esas potencias.
En 1640, al calor de la Guerra de los Treinta Años,el Conde Duque de Olivares, se empeña en su mando centralizador ylos dirigentes políticos catalanes se revelan. Desde laGeneralitat aprueban la independencia y ofrecen el título de condede Barcelona al rey de Francia. Solo 12 años duró la proclamadaindependencia. Felipe IV, en 1625, tomó Barcelona. Por un tiempo,62 años después, abolieron sus instituciones. Sobrevino la Guerrade Secesión que culminó con el triunfo de Inglaterra en tanto sefirmaron los tratados de paz de Utrecht y Rastatt y por tanto supolítica de “equilibrio europeo”, al mismo tiempo quesobreviene el ocaso de Francia como primera potencia y la ruina dela hegemonía española en Europa. En el reparto, terminadas lasbatallas, los Borbones franceses se instalaron en el tronoespañol. Por decreto a Catalunya se le suprimió la Generalitat,cualquier fuero, institución o costumbre que aspirara alautogobierno. De suerte que el reino catalán se vio reducido asimple provincia.
Entrado el siglo XIX el atropellado nacionalismocatalán revive, ahora, en torno al proteccionismo para defender sunaciente industria textil, y la reivindicación de sus órganos deautogobierno.
En 1931, en plena Segunda República, logra,Catalunya la ansiada autonomía. Pero con el sable del dictadorFrancisco Franco se pierde de nuevo. Se recupera, entre fragoresideológicos, en la llamada Transición. En los últimos añoslos ánimos independentistas en Catalunya, se encienden. Así havivido la querida Catalunya. (Continuará).