Ven, plácido Fovonio
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Empápate en su seno
De aromas y de esencias;
Y adula mis sentidos.
Solícito con ellos.
Juan Meléndez Valdez (Al viento, Oda XXXVII).
El poeta saborea por instinto el olor de la tierra.
El olfato lo ha educado la vida vegetal, mineral y su audaz naturaleza
En medio de andanzas y visitaciones diurnas y nocturnas
En sueños, asombros y delirios en un ir y venir fluyente.
El poeta aprende con la mirada a oír la lluvia
Desde el lecho, la ventana, el camino, la montaña
Y no deja que los aullidos del silencio oculten
El canto musical de sus dichas, quejidos y zozobras.
Nada más sensual que escuchar los pájaros
Aleteando la piel, festivos y ebrios de luz
Cada vez que la amada ostenta su ternura
Sobre el esplendor airado de la yerba.
Los cristales espumosos creados por las caricias
De una hoja, un tallo, un río, un rostro, una flor, un cuerpo
Abrevan en lúdicas sombras y rizos del tiempo
Con la delicada fragancia del otoño anunciante.
El poeta siempre ha cantado, de muchas formas,
A los hechizos, misterios y maravillas de natura
Con fuerza, ternura y fascinación sublime o trágica.
Los deleites de sus frutos ácidos y dulces extasían la vida.
Un poeta de nuestra lengua, Juan Meléndez Valdez,
Celebró y evocó, delicado y sabio, sensual y amoroso
Las gracias de natura, del cielo y la astucia humana
Dejando fluir las armonías secretas del verso
En lenguajes de los otros y de sí mismo,
Célico y terrenal, revelador y perdurable
Con la frescura vital de un cantor puro,
Sencillo, clásico y moderno.
Entrevista de una revista española con R.C.V. en memoria de Juan Meléndez Valdez.
·Cree usted que está olvidada la poesía del siglo XVIII? ¿Fracasó la “generación” literaria de los ilustrados?
La poesía escrita corre con un destino muy particular, así los poetas. Si bien la poesía es y vive independiente de sus escritores cuenta con circunstancias que la determinan. Existen realidades poéticas que establecen relaciones con su pasado, relaciones que salen, surgen de las necesidades de la creación y de afinidades que el poeta descubre. Más que hablar de fracaso yo hablaría de límites y de logros tanto en el manejo de las formas como de las materias poéticas. Ellos vigorizaron la escritura poética, y en algunos casos se quedaron en buenas intenciones como en los temas de lo social.
·Qué escritores y poetas en concreto, del siglo XVIII, han llamado más su atención?
Recuerdo a Cadalso, en su Al estilo magnífico de Moratín… me parece un bello y merecido canto al poeta,por ejemplo. Samaniego fue un fabulador exquisito, su sabiduría supo tocar esencias humanas, inolvidables. Los fabulistas me seducen. Nicolás Fernández de Moratín representa a esos poetas preocupados por hacer bien a la sociedad. Un buen ejemplo es Arte de las putas. De él sus poemas moralizantes son llamativos. Y Meléndez Valdés.
·Cuáles son sus primeros recuerdos del personaje y la de la poesía de Meléndez?
Leí a Meléndez en bachillerato. Tuve un profesor que nos decía de memoria la poesía española. Lloraba a cántaros. De la poesía de Meléndez me sedujo el candor, la dulzura, la autenticidad.
·Qué opina usted sobre el valor de la poesía de Batilo, para los lectores actuales y, en concreto para los poetas?
Es un poema autobiográfico que por la hondura propia engendrada por la belleza y verdad que posee, será para siempre.
·Cuál cree usted que son las aportaciones de Meléndez a la historia literaria española posterior?
Lo que más nos interesa destacar es el manejo que hace Meléndez Valdés en la descripción precisa de los fenómenos naturales tales como flores, arroyos, las estaciones, etc., materias que asume a plenitud el romanticismo. En el romance XXXIV, La tarde, el poeta encuentra, anuncia el éxtasis poético en la contemplación de la naturaleza. Meléndez logra describir el recuerdo, la presencia poética que la naturaleza produce sobre sus propios sentidos, en algunos casos, en otros solo logra generalizar. Por lo primero le dedico el poema que he escrito.
·En la trayectoria poética de usted ha inspirado o ha sido referencia de algún modo, aunque sea de pasada?
Su presencia en ciertos estados de mi vida regresa como el agua al río.
·De repente me podría citar un título, o algunos versos, de los casi 480 de Meléndez.
El que cito en el poema que le dedico.
·Qué significado ha tenido para usted Batilo?
Una verdad poética que no deja de ser viva en la vida humana.
·Ha notado usted alguna variación en la aproximación de lector y/o poetas actuales a la poesía de Meléndez en el último medio siglo?
La verdad no me he detenido en el asunto por razones de tiempo.
·Finalmente, cree usted que merece el esfuerzo para ganarse de nuevo al lector, especialmente los poetas, para la poesía de Meléndez, más allá del manido pensamiento, “siempre está bien que la gente lea.”
Todo buen poeta merece ser leído y releído. Ahora mismo he decidido volver a leerlo. Lo que he respondido le he hecho desde la memoria.