"La industria de la masa y tortilla de la región debe mejorar sus esquemas de producción, venta y reparto para poder competir con los monstruos trasnacionales o nacionales. Recientemente los industriales de este rubro en Tapachula pidieron a las autoridades regular y prohibir la venta del producto por mayoreo en supermercados, debido a que esta situación les genera pérdidas económicas a sus agremiados.
El presidente del Consejo de Industriales de la Masa y la Tortilla en Tapachula, Alejandro Ricaldi Jiménez, rechazó que los supermercados por sí mismos sean considerados competencia desleal, ya que estos lugares solo utilizan este producto para llamar la atención de la gente, pero su oferta real son los abarrotes.
Dijo que lo que sí les afecta a las más de 400 tortillerías de Tapachula es que los revendedores acuden a los supermercados a comprar tortilla por mayoreo para luego venderlos en tienditas de la esquina o en motocicletas, por ello buscan que se regule la venta del producto en grandes cantidades en las tiendas transnacionales.
"Estamos presentando una propuesta a la autoridad para que se regule o prohiba que los supermercados venden tortilla al mayoreo, porque muchos revendedores compran el producto y esto sí nos genera repercusiones económicas", abundó.
Indicó, que en los últimos cinco años alrededor de 35 tortillerías han cerrado definitivamente, debido a que no pudieron soportar las condiciones económicas y el daño que ha causado la venta informal de este producto de la canasta básica.
Y es que, en las tiendas de las colonias que venden tortilla, muchos se quejan de la calidad del producto, ya que se pone tieso porque la harina que usan es de pésima calidad y el tendero responde que ha notificado a la tortillería pero los propietarios no hacen algo al respecto, ya que el producto que adquieren en supermercados es de mejor calidad. Por ello es importante que los tortilleros se actualicen y venda productos calidad para que se eviten cierre de negocios y competencias desleales. Aunque recordemos que es “oferta y demanda” y la población comprará lo bueno, bonito y barato, mejor aún, si se lo llevan a la puerta de su casa.
REFLECTORES
Don Jaime Calderón aún Obispo de la Diócesis de Tapachula, se fue a la yugular la semana pasada con un mensaje claro y contundente: “Hermanos y hermanas, hijos todos de nuestra familia diocesana de Tapachula, los saludamos con preocupación, sentimientos de molestia como seres humanos ante los acontecimientos que estamos viviendo, y sobre todo con la confianza plena en Dios, porque sabemos que llegará el día en que saldremos de estas dificultades gravísimas que estamos sorteando a precio de sufrimiento, temor, sangre y muerte, especialmente en las comunidades de las Parroquias de la Foranía Sierra de nuestra familia diocesana”.
Resalta, que la presencia permanente de los cárteles de la droga disputándose el territorio de la Foranía Sierra, yendo y viniendo por todo el territorio ante la indiferencia y complicidad aparente de la Guardia Nacional y del ejército mexicano con la complacencia de un Gobierno Federal y Estatal, que argumentando desconocimiento o el tener una imagen distinta de la situación y dan órdenes al Ejército y Guardia Nacional de presencia en el territorio sin intervenir para proteger a la población, ha cambiado del todo la vida de nuestros hermanos de la Sierra.
Al rezago y la pobreza ancestral que han padecido, ahora tienen que sumar el vivir secuestrados en sus comunidades, pagar el derecho de piso al cártel que les corresponda según donde viva, ser obligados por turnos para estar en los retenes que impiden el libre tránsito llamados filtros -so pena de ser multados y agredidos si no cumplen con este deber impuesto, pagar a precios muy altos la escasa mercancía que se vende en los negocios que de sus ganancias deben sacar la cuota que les dé derecho a mantener su trabajo y, en últimas fechas -20 y 22 de julio del 2024-, ser amedrentados, amenazados y obligados a participar como escudos humanos en los enfrentamientos de los cárteles de la droga.
Jaime Calderón precisa en el escrito, que la situación es desesperante, es muy complicado vivir así; por un lado, secuestrados en casa propia, obligados a hacer lo que no deben, con un profundo sentido de impotencia ante lo incomprensible de la situación que viven, el ente de los carteles que disponen a su antojo de la población; y por el otro, la presencia de los destacamentos de la Guardia Nacional y el Ejército mexicano que hacen nada por la población a la que ven sufrir día a día. ¿Hacia dónde van nuestras comunidades con todo esto? ¿Qué tenemos que hacer o decir para que el gobierno cumpla su deber, al menos, de proteger y velar por la seguridad de las comunidades?
No podemos negar, también, que los cárteles controlan a las comunidades a través de hermanos de las mismas comunidades a los que, pagando un sueldo, han hecho olvidar el sufrimiento y la muerte de sus propios hermanos. La pobreza y el abandono de décadas, unido a la ambición por el dinero fácil, ha sido el caldo de cultivo que está desembocando en esta situación de desesperación, sufrimiento y muerte lenta de nuestros hermanos de la Foranía Sierra.
Nos leemos en la próxima…
Contacto: checha.informa@gmail.com