/ lunes 14 de octubre de 2024

Libertas Capitur / El debate sobre los derechos humanos y la reforma judicial 

La posibilidad de que los habitantes de un país puedan gozar y ejercer sus derechos humanos, es la medida de su felicidad y desarrollo en todos sus ámbitos. Esta medida es dinámica y puede fluctuar entre avances y retrocesos. Y tiene que ver con un sólido sistema de justicia y una sana práctica de la democracia.

Partamos de la evaluación de la situación de los derechos humanos en México, que el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas realizó en enero de este año, mediante el cual se constató que hay una crisis, que enfrentamos retos enormes y que estamos en pleno retroceso en esta materia.

Y enlacemos las propuestas de la oposición política en su conjunto, básicamente representada por los Partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC), en el sentido de buscar un diálogo constructivo para fortalecer a la república, la democracia y el ejercicio de los derechos humanos.

De acuerdo con el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, hay una gran oportunidad para promover la unidad, los consensos, la igualdad, la seguridad, la libertad y la justicia, mediante el compromiso de todas las corrientes políticas, mayoritarias y minoritarias; para "preservar la República” a través del único camino legítimo: el respeto a la Constitución.

La petición de la oposición al oficialismo es razonable: revisar con ánimo constructivo el pasado y echar abajo todo aquello que se oponga a una sana división de poderes, a la transparencia en el ejercicio de gobierno, a la defensa de los derechos humanos. A cambio, se obtendría mayor capacidad para operar los consensos y hacer viables las reformas que resulten necesarias.

El gobierno ha perdido mucho tiempo en imponer reformas que, por sí mismas, resultan inaplicables en la realidad, como se demostró en el reciente simulacro de elección de jueces y magistrados coordinado por el Dip. Rubén Moreira. Cfr. https://www.elheraldodechiapas.com.mx/analisis/libertas-capitur-cuando-se-sabe-todo-y-no-se-entiende-nada-12630889.html

Y no sólo eso. Hay hechos palmarios que denuncian la falta de consensos, la negación al diálogo y el debate, y las prisas por efectuar la reforma constitucional judicial. El líder de la mayoría en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal reconoció que se dejó incongruencias en la Constitución, por ejemplo, el término de dos años de la presidencia de la Suprema Corte que establece su artículo 94 reformado, es contradictorio con el periodo de cuatro años que sigue señalando su propio artículo 97.

La posibilidad de que México sea un país más desarrollado, pasa necesariamente por garantizar el goce y ejercicio de los Derechos Humanos y de un modo de vida que proteja la libertad, la justicia y la igualdad de todos los mexicanos. Es decir, que se pueda preservar el régimen de gobierno y la democracia, dentro de lo cual es indispensable una auténtica división de poderes y garantías al ejercicio de nuestros derechos constitucionales.

La evaluación del Grupo de Trabajo del Mecanismo de Examen Periódico Universal estableció la necesidad de resolver inmediatamente, temas escabrosos como Desapariciones forzadas, Tortura y violencia policial, Impunidad, Derechos de las mujeres y grupos vulnerables; y violaciones a los Derechos Humanos. Estos pendientes gravitan peligrosamente sobre la sociedad, al margen de que el gobierno de la presidenta Sheinbaum tiene que actuar con asertividad en materia financiera, económica, política y las relaciones internacionales.

No será posible atender esta agenda mínima para revertir la tendencia a la baja de los Derechos Humanos, si no existe capacidad en el gobierno para conciliar y coordinar los esfuerzos con una buena parte de los mexicanos representada por la Oposición. Tener una mayoría aplastante en la formalidad de los cargos públicos, no significa contar con la capacidad, la experiencia y la visión de conjunto de las soluciones que requiere México, mucho menos es sinónimo de tomar buenas decisiones.

Por eso cobra fuerza el planteamiento de la oposición en palabras del presidente del PRI, Alito Moreno:

“Convocamos al nuevo Gobierno a que se esmere en construir el diálogo... Hoy hay una pluralidad política reflejada en el mosaico electoral y tendremos que construir acuerdos… Se necesita conciliación, diálogo, pensar en el país, nosotros desde el PRI siempre lo hemos hecho, hemos convocado siempre al diálogo, a la conciliación política… Porque (en el gobierno) no pueden pensar en las unanimidades, esas nunca beneficiaron a México.”

Uno de los exponentes de la escuela de Frankfurt, Jürgen Habermas, estableció que la comunicación es fundamental para la construcción de la sociedad y la resolución de conflictos; y que los ciudadanos deben participar activamente en la toma de decisiones a través del diálogo y la deliberación. Algo que se perdió definitivamente en el juego de la simulación que condujo a la reforma judicial.

Recordemos que Habermas, analista puntual del capitalismo y la sociedad moderna dijo que, "la oposición es un elemento esencial de la democracia, ya que permite la crítica y el debate". En estos tiempos de retroceso de los derechos humanos y de equivocaciones burdas en la construcción de nuestra normas jurídicas, es bueno dar paso a la crítica y el debate, si queremos construir un futuro promisorio para todos los mexicanos.

E-mail:

libertascapitur.chis@gmail.com

WhatsApp:

https://whatsapp.com/channel/0029VaZHXqMF6smynhGZUL1c

La posibilidad de que los habitantes de un país puedan gozar y ejercer sus derechos humanos, es la medida de su felicidad y desarrollo en todos sus ámbitos. Esta medida es dinámica y puede fluctuar entre avances y retrocesos. Y tiene que ver con un sólido sistema de justicia y una sana práctica de la democracia.

Partamos de la evaluación de la situación de los derechos humanos en México, que el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas realizó en enero de este año, mediante el cual se constató que hay una crisis, que enfrentamos retos enormes y que estamos en pleno retroceso en esta materia.

Y enlacemos las propuestas de la oposición política en su conjunto, básicamente representada por los Partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC), en el sentido de buscar un diálogo constructivo para fortalecer a la república, la democracia y el ejercicio de los derechos humanos.

De acuerdo con el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, hay una gran oportunidad para promover la unidad, los consensos, la igualdad, la seguridad, la libertad y la justicia, mediante el compromiso de todas las corrientes políticas, mayoritarias y minoritarias; para "preservar la República” a través del único camino legítimo: el respeto a la Constitución.

La petición de la oposición al oficialismo es razonable: revisar con ánimo constructivo el pasado y echar abajo todo aquello que se oponga a una sana división de poderes, a la transparencia en el ejercicio de gobierno, a la defensa de los derechos humanos. A cambio, se obtendría mayor capacidad para operar los consensos y hacer viables las reformas que resulten necesarias.

El gobierno ha perdido mucho tiempo en imponer reformas que, por sí mismas, resultan inaplicables en la realidad, como se demostró en el reciente simulacro de elección de jueces y magistrados coordinado por el Dip. Rubén Moreira. Cfr. https://www.elheraldodechiapas.com.mx/analisis/libertas-capitur-cuando-se-sabe-todo-y-no-se-entiende-nada-12630889.html

Y no sólo eso. Hay hechos palmarios que denuncian la falta de consensos, la negación al diálogo y el debate, y las prisas por efectuar la reforma constitucional judicial. El líder de la mayoría en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal reconoció que se dejó incongruencias en la Constitución, por ejemplo, el término de dos años de la presidencia de la Suprema Corte que establece su artículo 94 reformado, es contradictorio con el periodo de cuatro años que sigue señalando su propio artículo 97.

La posibilidad de que México sea un país más desarrollado, pasa necesariamente por garantizar el goce y ejercicio de los Derechos Humanos y de un modo de vida que proteja la libertad, la justicia y la igualdad de todos los mexicanos. Es decir, que se pueda preservar el régimen de gobierno y la democracia, dentro de lo cual es indispensable una auténtica división de poderes y garantías al ejercicio de nuestros derechos constitucionales.

La evaluación del Grupo de Trabajo del Mecanismo de Examen Periódico Universal estableció la necesidad de resolver inmediatamente, temas escabrosos como Desapariciones forzadas, Tortura y violencia policial, Impunidad, Derechos de las mujeres y grupos vulnerables; y violaciones a los Derechos Humanos. Estos pendientes gravitan peligrosamente sobre la sociedad, al margen de que el gobierno de la presidenta Sheinbaum tiene que actuar con asertividad en materia financiera, económica, política y las relaciones internacionales.

No será posible atender esta agenda mínima para revertir la tendencia a la baja de los Derechos Humanos, si no existe capacidad en el gobierno para conciliar y coordinar los esfuerzos con una buena parte de los mexicanos representada por la Oposición. Tener una mayoría aplastante en la formalidad de los cargos públicos, no significa contar con la capacidad, la experiencia y la visión de conjunto de las soluciones que requiere México, mucho menos es sinónimo de tomar buenas decisiones.

Por eso cobra fuerza el planteamiento de la oposición en palabras del presidente del PRI, Alito Moreno:

“Convocamos al nuevo Gobierno a que se esmere en construir el diálogo... Hoy hay una pluralidad política reflejada en el mosaico electoral y tendremos que construir acuerdos… Se necesita conciliación, diálogo, pensar en el país, nosotros desde el PRI siempre lo hemos hecho, hemos convocado siempre al diálogo, a la conciliación política… Porque (en el gobierno) no pueden pensar en las unanimidades, esas nunca beneficiaron a México.”

Uno de los exponentes de la escuela de Frankfurt, Jürgen Habermas, estableció que la comunicación es fundamental para la construcción de la sociedad y la resolución de conflictos; y que los ciudadanos deben participar activamente en la toma de decisiones a través del diálogo y la deliberación. Algo que se perdió definitivamente en el juego de la simulación que condujo a la reforma judicial.

Recordemos que Habermas, analista puntual del capitalismo y la sociedad moderna dijo que, "la oposición es un elemento esencial de la democracia, ya que permite la crítica y el debate". En estos tiempos de retroceso de los derechos humanos y de equivocaciones burdas en la construcción de nuestra normas jurídicas, es bueno dar paso a la crítica y el debate, si queremos construir un futuro promisorio para todos los mexicanos.

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