/ lunes 21 de octubre de 2024

Carrereando la Chuleta / ¿Qué comunidad queremos ser?

Hace algunos años logré juntar la cantidad exacta para adquirir mi primer vehículo, hasta yo estaba sorprendido. Era un carro de quinta mano, una camioneta Chevrolet que me gustó mucho.

Como invertí todo mi esfuerzo, dinero y sentimientos en adquirirlo, no le hice caso a las personas que me dijeron que a un carro con mucho kilometraje se le da más mantenimiento y servicio, yo creí que con echarle aceite, cambiarle las llantas y a veces las bujías, era más que suficiente. Lo usé como si fuera nuevo y se imaginará lo que pasó. Hasta eso que fue una excelente adquisición, el carro me encantaba, era funcional, pero el uso al que yo lo sometí no era para un carro de su kilometraje, o al menos no sin hacerle antes alunas cosas que me dijeron unos amigos y que cuando quise hacerlas ya era demasiado tarde. Terminé desvielándolo.

Me volvieron a decir que no le invirtiera más, que lo vendiera, pues hay quien los compra para refacciones, piezas, carrocería, hasta me presentaron a dos personas y me negué rotundamente. Le invertí lo que no tenía pensando que iba a quedar bien, pero no sucedió, se descomponía cada dos meses y cada vez era más caro repararla. Estaba más tiempo en el taller que funcionando así que terminé haciendo lo que mis amigos me dijeron desde un inicio y se la vendí a la misma persona que me lo quiso comprar un año antes. Con ese dinero di del enganche de mi siguiente vehículo, como ya le sabía, me duró mucho más.

¿Por qué no cuidamos lo que tenemos? A veces, como en mi caso con la camioneta, fue desconocimiento y necedad; pero en otras, es mera desidia o falta de respeto hacia uno mismo y ya no digamos hacia los demás, por ejemplo cuando nos entregan una calle nueva, bonita, limpia, y al cabo de un par de meses, a algún gracioso ya se le ocurrió romperla, o cuando por fin se concientiza a las personas de que no tiren basura en alguna esquina y no falta al que se le ocurre la brillante idea de alegar que el carro no pasa o que la vida está muy cara (porque a veces ni pretexto tienen), y en lugar de que le hagan entrar en razón, vuelven todos otra vez a dejar la basura ahí.

Si una colonia se organiza y entre los vecinos vigilan para que los índices delictivos bajen rápidamente, siempre surge el contreras que quiere que todo lo haga alguien más, y en lugar de ayudar a organizar, a que se unan más colonias, prefiere sentarse a echarle la culpa a quien sea.

Y claro que la seguridad, la limpieza, es responsabilidad, en primera instancia, de las autoridades, pero si el problema ya es grave, los primeros afectados somos nosotros, y hay una posibilidad de apoyar, de contribuir para que se restablezca la seguridad del barrio, para que se vea limpio, presumible, creo que lo más lógico es que le entremos todos.

¿Por qué nos cuesta tanto ser parte de un bien común?, ser parte de las acciones buenas para toda la comunidad, ¿cuánto nos cuesta ser empáticos? Si lo piensa bien cuesta lo mismo que joderle la vida a los demás y eso no sirve de nada.

Si queremos que las cosas estén bien, como los carros, vamos a tener que ser parte de la solución, así como le damos mantenimiento a nuestro coche para que trabaje bien y sea funcional. Si queremos una ciudad segura, nosotros somos parte de la solución, a través de muchas cosas, de la poderosísima herramienta de la denuncia, de inculcar valores en nuestros jóvenes; si queremos calles limpias, recordemos que limpio no es el que limpia sino el que no ensucia.

Exijamos todo lo que sea necesario, para eso están las autoridades, pero no hay gobierno que pueda hacerlo todo solo, no existe, simplemente porque somos una comunidad y por tanto parte no sólo de los problemas sino de las soluciones. No hay problema imposible de solucionar si todos cooperamos, porque además los primeros beneficiados somos nosotros, si quiera por eso hay que hacerlo.

Comentarios: ronay.mx@gmail.com

Hace algunos años logré juntar la cantidad exacta para adquirir mi primer vehículo, hasta yo estaba sorprendido. Era un carro de quinta mano, una camioneta Chevrolet que me gustó mucho.

Como invertí todo mi esfuerzo, dinero y sentimientos en adquirirlo, no le hice caso a las personas que me dijeron que a un carro con mucho kilometraje se le da más mantenimiento y servicio, yo creí que con echarle aceite, cambiarle las llantas y a veces las bujías, era más que suficiente. Lo usé como si fuera nuevo y se imaginará lo que pasó. Hasta eso que fue una excelente adquisición, el carro me encantaba, era funcional, pero el uso al que yo lo sometí no era para un carro de su kilometraje, o al menos no sin hacerle antes alunas cosas que me dijeron unos amigos y que cuando quise hacerlas ya era demasiado tarde. Terminé desvielándolo.

Me volvieron a decir que no le invirtiera más, que lo vendiera, pues hay quien los compra para refacciones, piezas, carrocería, hasta me presentaron a dos personas y me negué rotundamente. Le invertí lo que no tenía pensando que iba a quedar bien, pero no sucedió, se descomponía cada dos meses y cada vez era más caro repararla. Estaba más tiempo en el taller que funcionando así que terminé haciendo lo que mis amigos me dijeron desde un inicio y se la vendí a la misma persona que me lo quiso comprar un año antes. Con ese dinero di del enganche de mi siguiente vehículo, como ya le sabía, me duró mucho más.

¿Por qué no cuidamos lo que tenemos? A veces, como en mi caso con la camioneta, fue desconocimiento y necedad; pero en otras, es mera desidia o falta de respeto hacia uno mismo y ya no digamos hacia los demás, por ejemplo cuando nos entregan una calle nueva, bonita, limpia, y al cabo de un par de meses, a algún gracioso ya se le ocurrió romperla, o cuando por fin se concientiza a las personas de que no tiren basura en alguna esquina y no falta al que se le ocurre la brillante idea de alegar que el carro no pasa o que la vida está muy cara (porque a veces ni pretexto tienen), y en lugar de que le hagan entrar en razón, vuelven todos otra vez a dejar la basura ahí.

Si una colonia se organiza y entre los vecinos vigilan para que los índices delictivos bajen rápidamente, siempre surge el contreras que quiere que todo lo haga alguien más, y en lugar de ayudar a organizar, a que se unan más colonias, prefiere sentarse a echarle la culpa a quien sea.

Y claro que la seguridad, la limpieza, es responsabilidad, en primera instancia, de las autoridades, pero si el problema ya es grave, los primeros afectados somos nosotros, y hay una posibilidad de apoyar, de contribuir para que se restablezca la seguridad del barrio, para que se vea limpio, presumible, creo que lo más lógico es que le entremos todos.

¿Por qué nos cuesta tanto ser parte de un bien común?, ser parte de las acciones buenas para toda la comunidad, ¿cuánto nos cuesta ser empáticos? Si lo piensa bien cuesta lo mismo que joderle la vida a los demás y eso no sirve de nada.

Si queremos que las cosas estén bien, como los carros, vamos a tener que ser parte de la solución, así como le damos mantenimiento a nuestro coche para que trabaje bien y sea funcional. Si queremos una ciudad segura, nosotros somos parte de la solución, a través de muchas cosas, de la poderosísima herramienta de la denuncia, de inculcar valores en nuestros jóvenes; si queremos calles limpias, recordemos que limpio no es el que limpia sino el que no ensucia.

Exijamos todo lo que sea necesario, para eso están las autoridades, pero no hay gobierno que pueda hacerlo todo solo, no existe, simplemente porque somos una comunidad y por tanto parte no sólo de los problemas sino de las soluciones. No hay problema imposible de solucionar si todos cooperamos, porque además los primeros beneficiados somos nosotros, si quiera por eso hay que hacerlo.

Comentarios: ronay.mx@gmail.com