/ lunes 30 de septiembre de 2024

Carrereando la Chuleta / Los sueños se trabajan antes, pero sobre todo después

Ya he comentado en otras ocasiones el gusto que me da el conocer y haber convivido con Yamil Melgar no sólo en estos tiempos, sino desde hace años, cuando se iba perfilando en la política. Me llena de gozo el saber que su nombre estará escrito en la historia de Tapachula, porque ha trabajado mucho para ello, pues mientras muchos se dedicaron a tomarse fotos y pasearse por las playas, o nomás eran buenos para criticar (pero no levantaban un dedo en beneficio de esta tierra), Yamil se preparaba, aprendía, porque para él la presidencia municipal nunca ha sido un capricho, sino un compromiso.

Pero, además, tiene una inigualable compañera de camino, su esposa, Beba Pedrero, quien le brinda todo su apoyo, su tiempo, sus energías, y así son, no tienen poses ni fingen, siempre se les ve unidos, no como parte de una imagen para promocionarse sino como una familia que trabaja en conjunto, en donde los dos pilares ponen todo de su parte; él es un padre de familia que lleva a sus hijas a la escuela todos los días, que está pendiente de ellas y de su esposa todo el tiempo; a ella se le ve siempre dispuesta a apoyar, y eso habla de dos personas comprometidas y confiables.

Yamil ha ocupado cargos importantes, entre ellos delegaciones federales, pocos tapachultecos lo han logrado, y siempre entrega buenos números en el cargo que se le confiere. Llega a hacer tres cosas principalmente: implementar su estilo de trabajo, definir un plan para poder lograrlo y brindar resultados serios.

Por esto ni los halagos lo marean ni las críticas lo opacan, y es que es muy simple, si quieres trabajar con Yamil necesitas eso, trabajar, desgastar zapatos, lápices e ideas, presentar proyectos viables, estudiados, no ocurrencias, lo mismo en una oficina que en el campo, en la calle; la esencia es la misma.

Un hombre que escucha mucho, que reflexiona, que se ha ganado a pulso cada cosa, porque las herencias, sean de dinero o de apellido, nunca son garantía de nada; con la actitud incorrecta suelen ser la perdición.

Así que, amigo Yamil, ¡felicidades! Como siempre, habrá quien se dedique a ponerte piedras y quien te ayude a quitarlas, pero al final de cuentas el que va a dirigir esa orquesta eres tú, y la melodía a tocar no es otra que el amor por Tapachula. Críticas siempre habrá, y si son constructivas sabrás aprender de ellas, si no, tus resultados serán la respuesta obvia. Además, nunca has sido hombre de pleitos, todo lo contrario, prefieres el diálogo.

Tienes enfrente un gran reto, no es el primero, claro, pero esta ciudad viene acompañada de complejos problemas como el agua, la basura, la seguridad, necesita de un equipo compacto y movido, al que no le importe ser cuestionado, sino que, por el contrario, siempre busque la mejor respuesta, que sepan comunicarse con la sociedad.

Siempre he pensado que soñar es bueno, porque cuando llegas a la cúspide de tu sueño, el cuerpo y el corazón toman nuevos bríos. Los sueños son la inspiración de los guerreros para correr grandes distancias, pero sobre todo, es bueno compartir esos sueños para que sea más fácil lograrlos. La grandeza radica en que se trabaje para hacerlos realidad. Sin pleitos, sin pasar sobre nadie, simplemente con trabajo.

No hay compañía más intensa que la soledad, conversación más rica que el silencio, realidad más extraña que el sueño, y verdad más grande que la que te dice un amigo. ¡Enhorabuena, amigo! A trabajar y dar resultados, que no hay de otra.

Agradezco sus comentarios a:

ronay.mx@gmail.com

Ya he comentado en otras ocasiones el gusto que me da el conocer y haber convivido con Yamil Melgar no sólo en estos tiempos, sino desde hace años, cuando se iba perfilando en la política. Me llena de gozo el saber que su nombre estará escrito en la historia de Tapachula, porque ha trabajado mucho para ello, pues mientras muchos se dedicaron a tomarse fotos y pasearse por las playas, o nomás eran buenos para criticar (pero no levantaban un dedo en beneficio de esta tierra), Yamil se preparaba, aprendía, porque para él la presidencia municipal nunca ha sido un capricho, sino un compromiso.

Pero, además, tiene una inigualable compañera de camino, su esposa, Beba Pedrero, quien le brinda todo su apoyo, su tiempo, sus energías, y así son, no tienen poses ni fingen, siempre se les ve unidos, no como parte de una imagen para promocionarse sino como una familia que trabaja en conjunto, en donde los dos pilares ponen todo de su parte; él es un padre de familia que lleva a sus hijas a la escuela todos los días, que está pendiente de ellas y de su esposa todo el tiempo; a ella se le ve siempre dispuesta a apoyar, y eso habla de dos personas comprometidas y confiables.

Yamil ha ocupado cargos importantes, entre ellos delegaciones federales, pocos tapachultecos lo han logrado, y siempre entrega buenos números en el cargo que se le confiere. Llega a hacer tres cosas principalmente: implementar su estilo de trabajo, definir un plan para poder lograrlo y brindar resultados serios.

Por esto ni los halagos lo marean ni las críticas lo opacan, y es que es muy simple, si quieres trabajar con Yamil necesitas eso, trabajar, desgastar zapatos, lápices e ideas, presentar proyectos viables, estudiados, no ocurrencias, lo mismo en una oficina que en el campo, en la calle; la esencia es la misma.

Un hombre que escucha mucho, que reflexiona, que se ha ganado a pulso cada cosa, porque las herencias, sean de dinero o de apellido, nunca son garantía de nada; con la actitud incorrecta suelen ser la perdición.

Así que, amigo Yamil, ¡felicidades! Como siempre, habrá quien se dedique a ponerte piedras y quien te ayude a quitarlas, pero al final de cuentas el que va a dirigir esa orquesta eres tú, y la melodía a tocar no es otra que el amor por Tapachula. Críticas siempre habrá, y si son constructivas sabrás aprender de ellas, si no, tus resultados serán la respuesta obvia. Además, nunca has sido hombre de pleitos, todo lo contrario, prefieres el diálogo.

Tienes enfrente un gran reto, no es el primero, claro, pero esta ciudad viene acompañada de complejos problemas como el agua, la basura, la seguridad, necesita de un equipo compacto y movido, al que no le importe ser cuestionado, sino que, por el contrario, siempre busque la mejor respuesta, que sepan comunicarse con la sociedad.

Siempre he pensado que soñar es bueno, porque cuando llegas a la cúspide de tu sueño, el cuerpo y el corazón toman nuevos bríos. Los sueños son la inspiración de los guerreros para correr grandes distancias, pero sobre todo, es bueno compartir esos sueños para que sea más fácil lograrlos. La grandeza radica en que se trabaje para hacerlos realidad. Sin pleitos, sin pasar sobre nadie, simplemente con trabajo.

No hay compañía más intensa que la soledad, conversación más rica que el silencio, realidad más extraña que el sueño, y verdad más grande que la que te dice un amigo. ¡Enhorabuena, amigo! A trabajar y dar resultados, que no hay de otra.

Agradezco sus comentarios a:

ronay.mx@gmail.com